ISIN, Rio de Janeiro: La "extra-ciencia" (y parte II)

Playa de Copacabana.


Rio de Janeiro... Cuando se piensa en Rio la gente piensa en un destino exótico. No hay más que ver las caras de envidia de todos a quien decía antes de ir que tenía planeado ese viaje... Playas como Copacabana, Ipanema o Botafogo, buen tiempo, bikinis mínimos, samba y más samba... y poco travalhar.....suena bien...

Vista desde el Cristo del Corcovado.



Como en todas las cosas de este mundo, hay parte de realidad y parte de imaginación. La parte de ficción son todos los paraísos que imaginamos (que por cierto son todos iguales) y en los que la vida pasa dulcemente entre bailes y cervezas, no hay malos olores, la lluvia no moja y las mujeres más espectaculares se mueren por conocernos.... Realidades inventadas en las que soñamos ser lo que no somos, estar donde no estamos y pertenece a un mundo que tiene todo lo que le falta a nuestra realidad habitual, y que añoramos con todas nuestras fuerzas. 

La parte de realidad son los maravillosos paisajes con que Dios ha regalado a los brasileños. Una pequeña parte los enseño aquí, y habría más fotos de cataratas "quita-hipo" y playas paradisíacas que nos podría enseñar Gemma. Rio es el único sitio que he visitado  (habrá más, claro) donde la selva está integrada en la ciudad, y pocas cosas hay tan impresionantes como ver la selva de cerca. He conocido el árbol del pan y las orquídeas naciendo del tronco de los árboles. He visto animales que no imaginaba. Los buitres son diferentes, los lagartos son enormes y hay cantidad de pájaros que no se conocen en estos pagos, como el colibrí (precioso) o las fragatas.

El Corcovado desde el Pan de Azucar.


He visto paisajes espectaculares, y he visto un estuario como nunca me podía haber imaginado. Y para decir verdad, he visto pocos atardeceres como los que he vivido de Rio. La luz es excepcional, y si coges altura, bien en el Pan de Azúcar o bien en el Corcovado, la foto que se queda en la retina no se borrará nunca. Este país tiene la naturaleza por castigo...

Atardecer en el Pan de Azúcar. Corcovado al fondo.


Dios les ha regalado la naturaleza...y el diablo el único problema importante que tiene: la inseguridad.   Hay paro, pobreza, corrupción, falta de previsión de los gobernantes, atascos, polución... lo normal (ya es desgracia que lleguemos a pensar que eso es normal, pero realmente todo eso se da también aquí...). No quiero decir que todos esos problemas no sean importantes. Pero ante el hecho (cierto) de que puedes perder la vida frente a un yonki con pistola, lo demás se ve con otra perspectiva...

Flamengo desde el Pan de Azúcar.


Rateros los hay en todos lados. Aquí también. El único sitio (hasta la fecha, tocaré madera...) donde me han robado ha sido en la Avenida de América de Madrid. Sitio civilizado donde los haya. Pero la sensación de que hay muchos ojos mirando tu culo con deseo, y no precisamente por lascivia, sino por deseo hacia tu cartera, es una sensación incómoda... Aunque bien pensado, la otra sensación también me resultaría incómoda....

En el interior del congreso han sido robados 3 ordenadores, seguramente por alguien que se inscribió al evento, según me dijeron los de seguridad. Entre ellos, el de Vedran y el de Karl Kothbauer. No es sólo que te roben. No es sólo que te roben algo caro. Es que te hacen un hijo de madera quitándote todos los trabajos que tienes dentro.... Sí, ya sé, hay que hacer copias de seguridad, y bla, bla, bla...

Lago Rodrigo de Freitas.


En varias ocasiones he visto policía deteniendo gente, 8 ó 10 tíos, que estaban sentados en la acera y ya esposados, y que no llevaban absolutamente nada encima. Solo una pantaloneta. La gente más pobre  no suele llevar camiseta, y algunos ni zapatos. Sí, ya sé que tienen mala pinta (supongo que éstos eran realmente malandros de favela) y que seguramente (luego lo cuento) harán dentro de nada alguna barrabasada, pero la situación me recordaba un montón a "Minority Report": detenidos por el "futuro" delito de robo...

Mucha gente pobre implica mucho buscavidas. Es así a lo largo y ancho de todo el mundo. Desde el carterista descuidero al limpiabotas que te ensucia los zapatos desde detrás sin que te enteres para que otro compañero suyo te limpie los zapatos (y algo más) 20 metros más allá. Olé por ellos y por su habilidad.... Todo eso lo he visto en Copacabana e Ipanema. 

Vista desde el Corcovado.


Pero la violencia es un paso adelante. Y lo más impactante son las "arrastoes": 15-20 "descamisetados" van por la playa a todo correr y arramplan con todo lo que pillan, desde teléfonos móviles hasta bolsos, pasando por pendientes... que arrancan sin miramiento de las orejas de las chicas. Detrás, habitualmente, viene la policia municipal, con unas porras de casi un metro dándoles candela si les pillan... pero si estás cerca, además de sin reloj te vas caliente a dormir, porque no tienen miramiento a la hora de repartir la leña, y en las distancias cortas igual te cae un regalo. Y por fin, detrás, a veces, la policia militar. Estos ya son leñadores categoría superior, y van con la pistola en la mano. Este tipo de experiencia lo tuvieron Arantxa e Izaskun justo antes de venir...

Copacabana, Morro de Urca, Corcovado y Botafogo.


Aparte de este problema, importante, el pais no deja indiferente a nadie. Es una pena que la violencia esté tan presente, porque es un país joven, con un gran potencial, con muchas ganas de salir adelante y lleno de gente fantástica. Por lo menos, la gente con la que yo he tratado es gente muuuuyyyy amable y siempre preocupada de que lo pases bien. Me hubiera gustado estar por la selva unos días, serpientes y arañas incluidas (van en el mismo pack de la selva...) porque la selva sí que es una explosión de vida, pero no pudo ser. Así como me quedé sin hacer un trekking de días por la selva de Sudáfrica (sólo hice el trekking nocturno), me quedé sin mi parte de Amazonas. Todos comentábamos la emoción que sentiría el primer europeo que llegara a estas tierras. Espero que algún día pueda ir a disfrutar de lo que seguro será lo más parecido al paraíso en la tierra....

Pero como decía Pedro Almodovar, el deseo es algo irracional por el cual uno siempre tiene que pagar un alto precio. Y en esta noche, en la que el deseo es tan fuerte, pagaremos el precio, lejos de Brasil... y habiendo rozado el paraíso...

Atardecer desde el Pan de Azúcar.




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