La magia de las pequeñas cosas



Las cirugías más complicadas siempre nos atraen. Son un reto, son "cool" y nos hacen dar lo mejor de nosotros, aunque nos dejen extenuados por la tensión. Pero son momentos mágicos que no se borran fácilmente: si ha ido bien, por la satisfacción de haber hecho algo grande, y si ha ido mal, porque ya jamás olvidarás el nombre de ese paciente.

La gente que empieza, sin embargo, se deja deslumbrar por este tipo de cirugías, olvidándose de que la mayor parte de los pacientes presentan enfermedades o lesiones "del montón" que desde el punto de vista de la espectacularidad no tienen ningún atractivo. Es como si lo común ya no tuviera interés para ellos. Y nada más lejos de la realidad, por una razón muy, pero que muy importante: cada paciente SUFRE por lo que le pasa, y ese sufrimiento es la razón por la que, como médicos, nos levantamos cada mañana.

Voy a contaros solo dos casos, que para muestra vale un botón...


Hace unos años estábamos en un congreso y un compañero hizo una presentación fantástica mostrando que había monitorizado la Onda D en un tumor medular, con dobles estímulos, con determinación del grado de bloqueo, con estos electrodos, con los otros.... qué sé yo, un caso de película. Inmediatamente después, otra compañera presentó la pérdida de los potenciales y la reversión del daño durante una operación de reparación de una plexopatía braquial. 

Mucho menos interesante, aparentemente. De hecho, la compañera comenzó así: "visto lo que acaba de presentar el Dr. Fulano, voy a presentar un caso que no tiene interés". Me llamó tanto la atención que cuando acabó no pude contenerme (aunque casi nunca puedo, la verdad...) y le dije dos cosas: la primera, le di las gracias por enseñarnos su paciente, que tenía el mismo valor que el otro, nada más fuese por el esfuerzo que había puesto en hacer las diapositivas y juntar todos los datos para contárnoslo. Y la segunda, y más importante: le dije que puede que no fuera tan espectacular, que pero si ahora ese paciente movía el brazo era únicamente gracias a ella....


Hace dos días estábamos en una "humilde" artrodesis cervical para corregir una hernia C6 derecha. De esas  "en las que nunca pasa nada". Primeros días del nuevo residente conmigo, y mucha teoría sobre señales, flujos de detección de daño en las señales, cuándo dar la alarma y tal.... De repente, se perdieron los MEP de la mano y antebrazo izquierdos, y cayó  algo también la pierna de ese lado, con pobre bíceps desde el principio y sin cambios en SEP. Subimos la intensidad al máximo y comenzó a aparecer un bonito potencial en bíceps, pero mano y antebrazo se aplanaron definitivamente, con los SEP de esa mano ya ligeramente disminuidos, aunque enseguida recuperaron y nunca llegaron al 50%. Pierna y brazo derechos absolutamente normales, tanto MEP como SEP.

Por supuesto, los cirujanos no habían sido (nunca son...) porque estaban trabajando en el lado derecho, según ellos. Y por supuesto también, paré la cirugía, irrigamos con suero caliente y subimos la tensión; al cabo de unos 10 minutos los MEP volvieron tímidamente a aparecer y poco a poco a mejorar, y les dejé continuar con la cirugía. Al cierre los MEP eran pequeños, pero estaban presentes. Al día siguiente el paciente movía bien el brazo, pero tenía un dolor (leve, gracias a Dios) de nueva aparición en brazo izquierdo.


¿Qué moralejas podemos sacar de estos casos?
- Como dice mi amigo el Dr. Alfonso Vazquez, neurocirujano, el diablo es muy mala gente, pero hace muy bien su trabajo. He visto cambios severos hasta en operaciones de lo más tontorronas. No hay enemigo pequeño, y de TODAS las cirugías podemos aprender algo cada día.
- Al residente le pregunté, nada más acabar, sobre qué había aprendido ese día, como suelo hacer todos los días, y su respuesta fue gloriosa: "que hay que estar atento". Puede parecer una tontería, pero es una GRAN respuesta...
- Y la última, y más importante de todas: Nunca me ha gustado hablar de casos: "tuve un caso en el cual...", "una vez vi un caso de...". NO TENEMOS CASOS. Nunca deberíamos perder de vista que el "CASO" que hay encima de la mesa es una persona con nombre y apellidos, que ha entrado con miedo, con mucho miedo, en el quirófano, y que ha puesto en nuestras manos no sólo sus esperanzas de curarse y de salir mejor que entró, sino su vida. Los que hemos notado la dureza de la mesa lo sabemos bien...

Así que, con todos mis respetos a los que se acercan fascinados a este apasionante mundo del quirófano, las cirugías "espectaculares" no son las que son más difíciles, las más largas, las más raras o aquellas en las que usamos técnicas más sofisticadas. Las cirugías realmente espectaculares son aquellas en las que detectamos cambios y los revertimos. Los pacientes nunca sabrán que estuvimos allí (¡bendita amnesia farmacológica...!) y nunca nos traerán bombones de agradecimiento, pero cuando vuelvan a acariciar a sus hijos o a sus nietos, su mano será en parte también la nuestra.


Comentarios

  1. Qué bonito Xabi. No sabía que escribías tan bien. Sabía que eres un gran Neurofisiólogo, pero es que además expresas muy bien lo que se siente en quirófano y la parte humana, que no se debe perder nunca. Nunca había entrado en un Blog, soy un desastre integral con la mayor parte de las nuevas tecnologías en redes sociales y la verdad es que no sé cómo se puede tener tanto tiempo para hacer estas cosas tan bonitas e interesantes y que son una manera de llegar a mucha gente. Enhorabuena por el blog, espero que puedas seguir escribiendo en él. Un abrazo. Espe

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